Una frase.
Seis palabras.
Y mi corazón hecho miles de pedazos.
Será como si nunca hubiese existido.
¿En realidad crees que eso sea posible, Edward?
¿Tú crees que para mí todo seguirá?
¿Qué el sol seguirá saliendo en las mañanas como si nada?
¿Qué te olvidaré?
¿Qué mi vida seguirá su curso?
Las noches que pasabas junto a mí, todas esas noches están marcadas en fuego aquí adentro.
Todas las frases, todas las palabras, todas las miradas, todos los gestos, todos los momentos junto a ti.
No se los podrá llevar el viento.
Una lagrima acariciaba mi mejilla, al tiempo que me abrazaba más a mí misma.
¿Cuánto tiempo había pasado?
Pero si lo pensaba bien, no era una pregunta que quisiera responder.
Si lo hiciera, sería como responder hace cuanto tiempo fue la última vez que mi mirada se cruzó con la tuya.
¿Es que acaso te costaba mucho llevarte mi alma? ¿No podías hacerlo?
No la quiero, no me importa. No lo hace sin ti. Si tu no estas no me sirve de nada.
Ya te lo dije, mi alma es de tu propiedad a mi ya no me pertenece.
¿Podrías no cometer alguna estupidez o locura?
Como me encantaría pensar que aquella frase la pronunciaste preocupándote por mí.
Pero no tiene sentido darme alas e ilusionarme. No tiene sentido pensar que significo algo para ti. No tiene sentido creer que todavía hay esperanza.
Solo lograría hacer caer mi corazón ya roto, sobre un campo de agujas. Haciéndome más daño del que ya tengo.
Tú no te preocupas por mi…
Porque no puedes preocuparte por alguien a quien no amas.
Tú no me convienes.
Un golpe de realidad, ¿no es así?
Lo sé. Soy muy consciente de ello. Yo nunca te he convenido. Yo no te convengo. Yo no te convendré.
La verdad es dura.
Dura y fría.
Como tu piel. Piel que mis ojos no volverán a ver brillar bajo la luz del Sol.
Como tus manos. Manos que nunca volverán a acariciar mi rostro.
Como tus brazos. Brazos que nunca volverán a protegerme.
Como tus labios. Labios que nunca me volverán a besar.
Mis ojos se alzaron hasta el cielo. Estaba totalmente oscuro y sin rastros de una sola estrella.
Luna Nueva.
Una idea tonta, pero al mismo tiempo perturbadora cruzó mi mente.
¿Acaso son la luna nueva, empieza mi nueva sin ti?
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